Durante los primeros años del regimen militar, en los años 70' a los 80', en Santiago de Chile, existiò el toque de queda, el cual consistia en que a las 23 horas , no podia circular ninguna persona por las calles , y si lo hacìa , corrìa el riesgo de ser detenida por las patrullas militares, y , en los casos màs extremos, si no alcanzaba a oir la voz de alto, podìa ser baleada y muerta.
Luego, entrando los años ochenta , se relajò un poco màs y se podia circular por las calles hasta las dos de la madrugada. Y ya en los noventa se termino definitivamente.
Este toque de queda marcò definitivamente a los chilenos, cambiando incluso nuestros hàbitos; de hecho los teatros de revistas como el "opera" y el "bim bam bum" , tuvieron que cerrar por falta de publico. otros , se hicieron famosos, como el restaurant "el rincon de los canallas", que atendia a su publico durante estas horas , y cuyos clientes se veian , obligados a permanecer en el hasta el termino del toque.
Bueno, ahora, en plena democracia, el sabado pasado entré a la estacion del metro "las rejas" siendo las 22, 55 hras. para dirigirme de regreso a mi hogar, después de una larga jornada de trabajo, y ya estaba cerrado el acceso para las personas que iban en direcciòn al centro de la ciudad, viendome obligado a salir de la estaciòn y volver a la superfiecie para esperar un bus ; debo aclarar que el nuevo sistema de locomocion colectiva , llamado "TRANSANTIAGO" ha sido un fracaso , ya que despuès de las 21,30 horas , se hacen escasos los buses , y mucha gente queda abandonada a su suerte en las calles, con riesgo de ser asaltada.
Esta situaciòn, ha hecho que las personas que viven en Santiago , deban cambiar sus hàbitos, como si existiese un "toque de queda" imaginario, evitando ir a los centros comerciales, restaurantes u otros lugares publicos , màs allà de las 21,30 horas, para no arriesgarse a quedar , literalmente "botada" en la calle.
Este estado de cosas es funesto tambièn para el comercio, ya que ve disminuido su volumen de potenciales clientes, y hace menos ventas, lo mismo los cines, ya que casi nadie se arriesga a ir a la ultima funciòn, excepto los que tienen auto, claro.
La soluciòn serìa terminar definitivamente con este sistema de transporte pùblico, volviendo al antiguo , que , aunque era deficiente, era menos malo; y , al menos, no le significaba gastos al Estado; ya que el "Transantiago" genera todos los meses cientos de millones de dòlares en pèrdidas , los cuales debe pagar el Estado.
Por mientras tanto, el ùnico medio de transporte confiable, el metro, debe alargar su horario de circulaciòn al menos , hasta las 24 horas.